Las dos primeras páginas de Frankenstein
Sobre grupos que te acompañan a lo largo de los años y cómo evoluciona tu relación con ellos. De punks, jedis, robots gigantes y mucho más.
First two pages of Frankenstein es el título del nuevo disco de The National, el noveno en su carrera y el primero en cuatro años en los que su cantante y principal compositor, Matt Berninger, ha tenido que enfrentarse a la depresión y el bloqueo de escritor del que, cuenta, salió al elegir aleatoriamente de su estantería la novela de Mary Shelley y leer sus dos primeras páginas. El disco está cargado de canciones memorables e intensas que abordan crisis existenciales, amorosas y lo que parecía una más que posible separación de The National.
Vi por primera vez en directo a The National en Benicassim 2008, el último verano antes de mudarme a Madrid, en un año en el que el FIB brilló fuerte con conciertos de Leonard Cohen, Morrissey, Enrique Morente o My Bloody Valentine. Boxer (2007) era un disco que me había hecho gracia, pero en ese momento el grupo, para mí, jugaba en un discreto segundo plano en la misma liga que Interpol o Editors. Recuerdo fugazmente ver con Carlos el concierto en una de las carpas medianas como un ejercicio competente en el que no faltó “Mistaken for strangers”. El impacto de verdad vino con High violet (2010), que escuché hasta la extenuación. Me obsesioné con este directo desde un castillo abandonado o con este videoclip loquísimo de Conversation 16. Sus canciones, no sé muy bien por qué, apelaban directamente a mis emociones y hacían que me sintiese aludido y removido. He vuelto a ver varias veces a The National aquí y allí, pero recuerdo vagamente cuándo y dónde, y tengo muy pocos detalles de esos conciertos. Les vi, ahora sí, a lo grande en nuestro viaje de novios con Lorena. Fue en el Hollywood Bowl de Los Ángeles, un escenario espectacular para una noche memorable (en ese viaje también vimos a Elton John en Las Vegas, pero eso lo contaré otro día). Fue todo un poco de rebote, porque queríamos ver a Depeche Mode, pero las entradas eran carísimas. Luego he devorado sus discos, he escuchado su podcast y he visto su documental. Protagonicé uno de los mayores fails musicales de mi vida cuando, aprovechando un viaje de trabajo a Londres, me saqué entrada para el British Summer Time solo para verles y llegué cuando se despedían del público. Y creo que es esa fragilidad, esa imperfección, ese oscilar entre lo sublime y el ridículo lo que me conecta con The National. First two pages of Frankenstein es un disco de un grupo que ha visto tan de cerca la gloria como el desastre; que no tiene hits ni los busca, un disco que abraza la madurez porque, total, tampoco queda otra; que sabe que, en su escenario, los guapos siempre van a ser otros; que ama genuinamente a Taylor, a Sufjan y a Phoebe. Que es, como este texto, intensito pero con voluntad de entretener. Bienvenidos a esta, vuestra newsletter.
Esta semana…
Cómic
-Roberta Vázquez: “Estoy haciendo el cómic que me habría gustado leer de pequeña”. En Vein Magazine.
-Kurt Busiek aclara cosas sobre el cómic de Final Fantasy que nunca fue.
-Un poco de debate a cuento de Barbarella. Por qué no.
-Miguel B. Nuñez tiene nuevo cómic infantil en Sallybooks.
-Escribo sobre ¡García! en Rockdelux
-Valencianos, ojo a esto, que va a ser guay.
Entretenimiento
-El comeback que nadie se esperaba es el de Emmanuelle Negra.
-Diez años de los amigos de Campamento Krypton. Hubo party.
-Impedimenta va a publicar un clasicazo del gótico americano escrito por Laird Koenig, atentos.
-Tremendo jaleo montado con lo nuevo de Ari Aster. Me interesa esta reseña de El Diario y lo que dicen las amigas de ¡Estamos vivas!
-Las auténticas señoras de la calle Lista revisan 1999 como se merece.
-En Esquire: las 18 mejores películas para ver si estás fumado. Parcialmente de acuerdo. Aprecio el esfuerzo.
-No me he acabado el Jedi: Last Order y ya está aquí Survivor. Con Mark Hamill y todo!
-Dejado todo lo que estéis haciendo para ver esta peli de Gundam en Crunchyroll.
Música
-Neil Gaiman prepara disco de spoken word. Vamos a ver.
-No sé si esto del presidente de Corea del Sur cantando American Pie es un bonito ejemplo de amistad entre países o de mascotización política, pero es entrañable.
-He intentado sin éxito entrar en Bruce Springsteen, pero sabes que lo suyo es especial cuando es capaz de generar crónicas como esta de Carlos Pérez de Ziriza.
-Los Ramones en Valencia (1981-1991), crónica gozosa de una relación especial.
-Vox intenta apropiarse del punk. Certero Rafa Cervera en El Diario.
-Os dejo aquí con Tash Sultana. De nada.